Duelo de Titanes (Versión tuneada)

Vaya mierda. El gilipollas del jefe lo tuvo haciendo fotocopias toda la santa tarde como si fuera un puto becario y no el tercero de su promoción. Una licenciatura en Económicas, un MBA de campanillas y un nivel de inglés que haría palidecer de envidia al mismísimo Shakespeare, y aquel cretino lo había tenido pegado a la máquina fotocopiadora como si fuera Prometeo encadenado. Y encima una avería en la línea 4 del metro. Cómo no. 

Seguro que cuando llegara a casa ya habría empezado el partido. ¡Joder! ¿Resulta extraño que cuando por fin entró en el ascensor del edificio de apartamentos en el que vivía estuviera de un humor de perros? ¿Y qué miraba el vecino del quinto? ¿Acaso no le había dado las buenas tardes? Majadero. Entonces ocurrió. Así, sin más ni más. El ascensor se detuvo entre dos pisos. 

Veamos. No era un problema del fluido eléctrico puesto que había luz. Ergo… tenía que ser una avería del aparato. Se turnaron para pulsar el botón de la alarma. Nada. La niña de dos años que vivía en el tercero la hacía sonar cada vez que su papi divorciado venía a buscarla y la bajaba en el ascensor y ahora aquello parecía el cuento de Pedro y el lobo. Ergo… ¡mierda! 

Bueno, se acabó. Del bolsillo de su pantalón extrajo su móvil de ultimísima generación como si fuera un mago sacando un conejo de la chistera, sonrió como el Bond interpretado por Roger Moore después de soltar una gracia y se dio cuenta de que no tenía cobertura. No me jodas. La telefonía móvil más cara de toda Europa con las prestaciones del Cuerno de África. Por supuesto, el vecino no tenía teléfono móvil. Y lo dijo con orgullo, como si acabara de anunciar que había corrido el maratón en menos de dos horas o la milla por debajo de los cuatro minutos. Retrógrado.

Se quedó mirando a su compañero de cautiverio con cara de asco mal disimulado. De todas las personas que vivían en aquel inmueble tenía que tocarle aquel palurdo. ¿Por qué no podía haber subido con la tía buena del ático? Aquella rubiaca llevaba mirándolo con ojos de sexadora de pollos experimentada desde hacía meses, y él le devolvía la mirada poniendo cara de póquer. Vamos. No era hombre de ir diciendo piropos por ahí como si fuese un obrero de la construcción desesperado. Él era un tipo duro.  Se había educado en el cine negro americano de los años 40, ¿y alguien había visto alguna vez a Humphrey silbando a una rubia platino? Ni de coña. 

Se oyó una fuerte detonación en las inmediaciones. Uno de los dos equipos acababa de marcar. «El Madrid, sin duda», sentenció el vecino con la autosuficiencia de un gañán pronosticando el tiempo por el vuelo de un pájaro. «Y una mierda», contestó él. «Ha sido el Barça».

Hacía calor ahí dentro, una verdadera sauna Se quitó el jersey, y le importaba un ardite si debajo llevaba la camiseta de Messi. El día anterior había habido mucho tira y afloja en la oficina entre los seguidores de ambos equipos y decidió vestir la camiseta de su ídolo para ayudar a cristalizar la fuerza de los barcelonistas, y de paso hacerle la pelota al jefe. El vecino se lo quedó mirando con ojos que traslucían odio e incomprensión: «Messi», bufó. «Debería haberlo supuesto». «No usarás el nombre de Dios en vano», se oyó decir entonces a sí mismo con la convicción de un nuevo apóstol. Y ante la mirada de escepticismo de aquel rufián, sentenció: «Messi es Dios». 

Entonces el palurdo, el gañán, el badulaque se quitó aquella enorme mochila de la espalda -¿y qué diablos podía tener ahí dentro?- , se desabotonó la camisa y  con arrogancia y desprecio mostró lo que llevaba debajo: la camiseta de Ronaldo. «Ronaldo es Dios», contestó, subrayando las cursivas. «Cristiano Ronaldo. ¿Lo pillas?». De nuevo las cursivas. Pedante de mierda. Y el hecho de que ninguno de los dos sufriera claustrofobia no impidió que la temperatura en el interior del habitáculo subiera unos cuantos grados Celsius.

Cuando horas más tarde el equipo de bomberos consiguió abrir con una sierra radial las puertas del ascensor y aquellos esforzados profesionales descubrieron lo que había dentro, no  pudieron dar crédito a lo que veían sus ojos: los clones de Leo Messi y Cristiano Ronaldo jugando una partida de ajedrez.

Jorge Romera

febrero de 2012

11 comentarios en “Duelo de Titanes (Versión tuneada)

  1. Final brillante y esperanzador. Cuando todos temíamos lo peor, una situación con demasiada testosterona sin salida, los protagonistas se conforman con una lucha a muerte simbólica representada por el mate en el noble juego del ajedrez.
    Gran invento los juegos, permiten que salgan nuestros demonios sin hacer demasiado estropicio en el contrario y al final todavía estamos vivos para seguir siendo amigos y jugar más veces.

    Jorge, es una gran idea escribir historias cortas, aunque da la sensación de ser una tarea bastante más agotadora que escribir una novela. Tener que crear tantos microclimas con tantos microfinales, uff… esto va a ser más duro que tu peor entreno deportivo.
    Para un blog parece la mejor salida.

  2. Conociendo tu «pasión» por el «deporte rey», los personajes que has creado van como anillo al dedo. Un final demasiado digno, pero no por eso menos original.
    Date un respiro.

  3. ¡jajajajaj! ¡Lo que me he reído con estos dos! Encuentro un único problema. La mala leche está desde la primera frase en un grado tan alto que no evoluciona, no hay progresión. Las cosas que suceden no suman grados, solo suceden. Me encanta el final.
    Un abrazo
    Alej.

    • Interesante observación a tener en cuenta en próximos relatos. Es cierto, en lugar de un crescendo hay una nota sostenida. Pero si te has reído leyendo este pequeño cuento, y te ha gustado el final, ya me doy por satisfecho.
      ¡Un abrazo!

  4. Jajajajaja vaya! Mira que quedarse encerrado en un ascensor con uno del Madrid! Jajajajaja tiene tela, pero más tiene el final que le has dado al relato, pensé que se liarían a golpes! Buenísimo como siempre, Jorge! ..Besos

      • He llegado y con miedo a que se acabe!! ..El libro ya me lo he leído dos veces, ainssss y luego que va ser de mí??? …Nuevo libro ya!!! Por fi! Quién me va sacar esas risotadas a altas horas de la madrugada??? …no pares pleaseeeee!!!!! Muuuuuak

      • Es todo un honor para un escritor primerizo contar con lectoras como tú, Ana. Leerse dos veces mi novela tiene mérito 🙂 Y de propina todos los relatos de mi blog.
        Unas enormes GRACIAS por tu apoyo y tu entusiasmo. Espero poder corresponderte escribiendo más.
        Un beso, Ana.

      • Felicidades a ti!..nunca antes he seguido un blog con tanto entusiasmo!! Me encantas escribiendo, tus letras me hacen sentir grandes emociones y sobre todo me acompañan mucho en mis madrugadas haciéndome pasar muchos momentos de risas! Así que felicidades a ti, no soy de las que me río por cualquier cosa, y sin embargo tú me provocas miles de risas. Gracias Jorge, un enorme beso de oso bien apretao

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